Friday, September 17, 2010

1947: Valencia a todo color (Parte III)

En la página 37 del documento de la Generalitat de Catalunya que le hicimos llegar al alcalde del pueblo se lee: "Així mateix, s'ha d'apostar per una xarxa de "Short Sea Shipping" (transport marítim de curta distància) amb vocació intermodal." Le mencionamos la necesidad de considerar que el mar fuera una entrada de mercancías.
- "¡Pero si van con combustible!".
- "Irán a vela".
- "Pero eso es muy lento".
- "Cuando empieze a escasear la energía, todo irá más lento".

En Valencia, en los años 40, barcos, vida, y muerte iban más lentas.



XXXIV. Las construcciones eran todas a base de esfuerzo humano, haciéndose interminable su finalización. Los medios técnicos eran rudimentarios y los andamios eran de tablones de madera ensamblados y suspendidos con cuerdas. Cuando se hacían zanjas, era a base de pico y pala, con una nutrida "colla" de peones en su labor. En altura, los materiales se subían con polea.


XXXV. La gente residía cerca de donde trabajaba. En este entorno (Distrito Marítimo) era por marineros, estibadores, trabajadores de astilleros, empleados de aduanas y consignatarios de buques y empresas auxiliares al entorno. El aprovisionamiento era en el colmado y pequeñas tiendas de alimentación así como en diversos, pero florecientes, comercios de barrio diseminados por doquier.


XXXVI. Las barcas de pesca eran de madera movidas a motor de limitada potencia. Los botes eran a remo. La mayoría de las embarcaciones de cabotaje, en el tráfico entre puertos peninsulares, eran de casco de madera. Pero no ya los buques de mayor tamaño, cuyo casco era de planchas de hierro.

XXXVII. Las operaciones de carga y descarga de los buques se realizaba con puntales que, a través de unas maquinillas, hacían subir, bajar y correr la zaranda o "pallet", que era donde se colocaban las mercancías que debían de estibarse a mano en la bodega o apilar en los muelles. En el trayecto, el estibador portador del carretón a mano hacía de burro y otros dos, más atrás, empujaban hasta el pié del buque o pila.

Bueno, para terminar y aquí sí que acaba todo, cuando uno se moría, lo hacía generalmente en su casa, en donde la caja presidía la estancia principal, entelándose las paredes de negro y presidido todo por un crucifijo. Los hombres acompañaban el féretro andando hasta la iglesia. Éste iba en un carro fúnebre acristalado tirado por un par de caballos engalanados con su lacayo uniformado seguido de un par de tartanas. Todo esto estaba precedido por el sacristán con la cruz y un acólito con el agua de bendecir, así como por el sacerdote. Al llegar a casa para el rezo y orden de partida en toda la calle, se oían los lloros y gritos de las mujeres que se quedaban rezando el rosario.


Septiembre 2010
Rafael Sancho Duch


Las fotos de esta entrada las he sacado del blog Zona del Marítimo de Julio Cob.

1 comment:

  1. Venga, va, Quim, haz un comentario sobre nuestra entrevista con el alcalde...

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